martes, 24 de octubre de 2017

Amarte En Secreto Capitulo 4

Capitulo 4

Edward y yo nunca hablamos del beso a pesar de que pasaba por mi mente constantemente. Me encontraba muy segura de que no significaba nada para él, que solo trataba de hacer un punto. Aún así, las sensaciones que experimenté eran las mismas, como que si el beso hubiera estado basado en la verdadera pasión. Saber cómo se sentían sus labios en los míos y la forma en que los probó no era un recuerdo que se podía borrar fácilmente. Ansiaba esa sensación de nuevo. Esto hacía una batalla entre mi mente y mi cuerpo mucho más difícil que antes.

Era una maldición enamorarse de alguien con quien tenía que vivir, sobre todo cuando traía las chicas de la escuela a la casa.


 Una tarde, mientras nuestros padres no se encontraban en casa, trajo a Leila, y estaban en su habitación, jugando un poco. Otra tarde, fue Rose. Entonces la próxima semana, fue una Rose diferente.

Me gustaría estar en mi habitación con mis oídos tapados para no tener que escuchar el sonido chirriante de su cama o la estúpida chica riéndose. El día en particular que Rose número dos salió de su habitación para irse a casa, le envié un mensaje inmediatamente después.
¿En serio? ¿Dos Roses? ¿Rose #3 vendrá mañana? ¿Qué estás pensando?

Edward: Estoy pensando que estás deseando que tu nombre fuera Rose… “hermana”.

Bella: ¡Nastra! Hermanastra.

Edward: Revuelve la palabra Nastra, obtienes Ranas. Nastra = Ranas.

Bella: Eres un idiota.

Edward: Tú eres una rana.

Me levanté de mi cama en un arrebato y caminé derecho a su habitación sin llamar. Jugaba un juego de video y ni siquiera me miró. —Realmente necesito conseguir una cerradura en esa cosa.

Mi corazón latía. —¿Por qué eres un maldito idiota?
—Encantado de verte, también, hermanita. —Acarició la cama al lado de donde se hallaba sentado en el borde con los ojos todavía fijos en el juego—. Si no te marcharás, por supuesto, toma asiento.

—No tengo deseos de sentarme en tu sucia cama.

 —¿Eso es porque prefieres sentarte en mi sucia cara?

 Mi corazón casi se detuvo.

Su boca se extendió en una sonrisa retorcida y continuó jugando. Me dejó sin palabras. De hecho, me rendí en cuanto a las palabras, porque tan pronto como las palabras “sentarse en mi sucia cara” salieron de su boca, tuve el impulso de cruzar las piernas para frenar mi excitación. Mi vagina era una tonta desesperada. Entre más crudo era, más fuerte era la atracción por él.

En vez de dignificar su pregunta con una respuesta, miré alrededor de la habitación, me dirigí directamente a sus cajones y empecé a hurgar en sus cosas. —¿Dónde está mi ropa interior?

—Te lo dije, no están aquí.

—No te creo.

Seguí buscando al alrededor hasta que me topé con algo que llamó mi atención. Era una carpeta con una gran pila de papeles en el interior. Impreso en la parte delantera con las palabras Lucky and the Lad4 por Edward Cullen.

—¿Qué es esto?

 Por primera vez, Edward detuvo su videojuego y prácticamente voló de la cama.—No toques eso.

 Lo hojeé tan rápido como fue posible antes de que lo arrancara de mis manos. Había un diálogo y algunas líneas fueron tachadas y corregidas en bolígrafo rojo. Mis ojos se ampliaron.—¿Escribiste un libro?

Tragó saliva y por primera vez desde que lo conocí, Edward parecía verdaderamente incómodo.—Eso no es asunto tuyo.

—Tal vez tienes más de ti que tu apariencia —bromeé.

 Mis ojos vagaron al tatuaje de la palabra “Lucky” en su bíceps derecho, y las ruedas comenzaron a girar en mi cabeza. El tatuaje se relacionaba con la historia que por lo visto escribió.

Edward me dio una última mirada de muerte antes de caminar hacia su armario y la colocar la carpeta en la parte superior. Se sentó en la cama y volvió a su videojuego.

 Desesperada por conectar con él de alguna manera, me senté a su lado y vi como destruyó su enemigo virtual en combate.

—¿Pueden jugar dos personas?

Se detuvo por un momento y se quedó inmóvil, luego suspiró con exasperación, antes de entregarme un control. Cambió el ajuste a dos jugadores, y comenzamos el combate.

Me llevó un tiempo en averiguar cómo jugar. Después de varias victorias por su parte, mi personaje finalmente mató al suyo, y se volvió hacia mí con una mirada de diversión y me atrevería a decir… admiración. Esbozó una sonrisa renuente pero genuina, y sentí que mi corazón iba a desintegrarse. Un pequeño gesto, y era una causa perdida. ¿Qué habría hecho si fuera realmente agradable conmigo? ¿Perder mi mente por completo y empezar a follar su pierna? Tras ese pensamiento, decidí que era hora de volver a mi habitación.

Pasé el resto de la noche tratando de entenderlo y concluí que definitivamente existía algo más del querido hermanastro de lo que conocía a simple vista.

*****
Pasaron varias semanas antes de que aceptara la oferta de Mike para que me llevara a una cita. Por fin había admitido que:
 a.) No había mejores alternativas en este momento y,
b.) Una distracción de mi obsesión enfermiza con mi hermanastro sería más útil.

Mi atracción por Edward estaba en su punto más alto. Casi todas las noches después de la cena, me iba a su habitación y jugaba videojuegos con él. Era una manera inofensiva para nosotros de sacar nuestra frustración del uno hacia el otro sin que nadie realmente se hiciera daño. Lo sorprendente fue, que parecía ser él quien lo iniciara ahora. La noche que decidí quedarme en mi habitación y leer, me envió un texto.
 ¿Vienes a jugar o qué?

Bella: No iba a hacerlo.

Edward: Trae algo de jodido helado y ponle extras Snickers.

Ese mensaje le habría parecido muy extraño a alguien ajeno a la situación. Sin embargo, el texto me había dado vértigo.
Esa noche, compartimos otro recipiente de helado y jugamos hasta que no podía mantener los ojos abiertos. Hasta logré matar Edward dos de las diecisiete veces que jugamos. A pesar de que en realidad no se abriera a mí, las sesiones de juego parecían ser su manera especial de decirme que ya no encontraba mi compañía deplorable y que tal vez, incluso la disfrutaba.

 Pero en la manera típica de Edward, justo cuando parecía que estábamos finalmente conectando, tuvo que ir y arruinarlo.

***
Fue un par de días antes mi cita del viernes por la noche con Mike. Victoria y yo pasábamos el rato en la cocina cuando Edward entró e hizo su habitual rutina de beber directamente del cartón de leche.

 Los ojos de Victoria se quedaron fijos en la camiseta de Edward la cual se le subió mientras levantaba la leche. Los dos tatuajes de trébol a ambos lados de sus duros abdominales como piedras fueron expuestos.

Ella prácticamente babeaba. —Hola, Edward.

 Edward gruñó en respuesta a través de la caja de cartón antes de volver a colocarlo en la nevera. Luego, comenzó a hurgar en el armario de la merienda.

Victoria sumergió un pretzel en nutella y habló con la boca llena—: Así que, ¿has decidido qué película vas a ver con Mike el viernes por la noche?

 —No, no hemos hablado de ello. Desde el otro lado de la cocina, no pude dejar de notar que Edward dejó de escudriñar a través del gabinete por un momento y se congeló. Parecía como si estuviera tratando de escuchar lo que decíamos. Me miró por un instante con una expresión molesta.

—Bueno, creo que deberías ver esa nueva comedia romántica de Drew Barrymore. Hazlo sufrir a través de una película para chicas. ¿Qué te parece, Edward?

—¿Qué me parece qué?

—¿Qué película debería ver Bella en su cita con Mike? Ignoró su pregunta y me miró.
 —Ese tipo es un idiota.

Empezó a alejarse, pero Victoria lo llamó. —Oye, Edward...

Se dio la vuelta.

—¿Quieres participar? Quiero decir… podríamos ir con ellos. Podría ser divertido. Como una cita doble.

Se rio entre dientes y la observó fijamente durante mucho tiempo con una mirada que gritaba, ninguna oportunidad.

Negué con la cabeza. —No creo que sea una buena idea.

Se volvió hacia mí con una sonrisa maliciosa.—¿Por qué no?

¿Por qué no?

—Porque es mi cita. No quiero a alguien más siguiéndome.

—¿Realmente te afectaría si fuera?

—Sí, en realidad.

Miró a Victoria. —En ese caso, me encantaría ir.

La mirada de satisfacción en su rostro me enfermaba. Pensaba que era su gran oportunidad de hacer un movimiento en él. Mientras tanto, él básicamente admitió que solo hacía esto para torturarme.

—Nos vemos el viernes por la noche —dijo antes de desaparecer.

Victoria abrió la boca en un grito silencioso luego colocó sus pies con entusiasmo en el suelo, y me dieron ganas de vomitar. Ahora tenía que prepararme para lo que seguramente sería una de las citas más difíciles de mi vida. Pero nada podría haberme preparado para lo que realmente sucedió esa noche.

4 Traducido al español el título es: Lcuky y el muchacho.
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hola a todas regrese con nueva actualizacion ya estoy bien un poco un veo borroso aun que creo que necesito ir al doctor para checar mi vista jejejejeje bueno les dejo hoy 4 capitulo les dejare el enlace para que lean el sigueinte capitulo.

muchas gracias a todas por preguntar como estaba y que mejorara bueno muchas gracias por leer.

Capitulo 5 Leer Aqui

ORACION A MI SEXY VAMPIRITO

Edward de mi guarda
De mi sexy compañia
Bebete mi sangre
De noche y de Dia
Hasta que caiga en tus brazos
Y sea tu marca de heroina