jueves, 15 de febrero de 2018

Seducido por un angel capitulo 7

Capitulo 7
Otro para el Ángel

Solo pensé en sexo y pollas cuando hice las maletas para este viaje. El delicioso lubricante había sido transferido a botellas aprobadas por la TSA y mis juguetes estaban en sus bolsos encantadores, todo escondido en mi equipaje de mano. También me las arreglé para llevar escondido un par de artículos de higiene personal ‘reales’, junto con un vestido lindo y un único par de tacones. Sólo en caso de que la aerolínea perdiera mi equipaje marcado.

Por supuesto, cuando estaba empujando todo esto en mi bolsa, no estaba pensando en lo difícil que sería conseguir pasar la seguridad.


Ahora soy una orgullosa, zorra con carnet, pero no voy a tener mi maleta abastecida hurgada por un desconocido.

Estoy de pie en este pequeño cubículo, la mitad superior de las paredes están sostenidas por plexiglás, así que soy capaz de ver a mi papi, Edward, apoyado en la pared, una pequeña sonrisa divertida en sus labios mientras me mira. No puedo evitarlo. Le saco la lengua. El asno. ¡Cómo se atreve a burlarse de mí!

Nunca he estado en un maldito avión antes. Y había conseguido la información del estúpido sitio web del aeropuerto, maldita sea. Decía que se me permitía llenar tres botellas de 100ml.

Simplemente no entiendo mucho más que eso.

Como el hecho de que sólo se me permitía tener suficientes botellas para llenar una bolsa un litro. Lo que significaba que las quince botellas de lubricante que había empacado eran un poco demasiado.

El tipo que me trajo a este infierno gris sale después de dejar mi bolso en la mesa de acero... y solo mi suerte... en presencia de Big Bertha.

La mujer empuja más allá de mí sin un simple "hola" y abre de un tirón la cremallera.

—¿Este es tu bolso?

Lamo mis labios y trago el nudo en la garganta. —Sí, señora.

Ven, puedo tener totalmente modales cuando quiero.

—Uh-huh. — Ella voltea sobre la solapa delantera. —¿Ha estado su equipaje en su posesión en todo momento?

—Sí, señora.

—¿Alguien le ha dado algo o le ha pedido llevar-? Su pregunta se corta cuando ella desliza el vibrador púrpura Yurple de la bolsa. Es de 25cm de largo y bien grueso. A Edward le gusta ponerlo en mi coño mientras folla mi culo si el tío Emmet está demasiado ocupado para unirse a nosotros.

—¿Qué demonios? — Su voz se eleva hasta que es estridente al final y llama la atención de los transeúntes. Y no es como si Bertha la mantuviera baja, tampoco. No. Ella tiene que llamar la atención de todos. —¿Qué es esto? ¿Chica, eres una especie de puta ninfómana?

Aprieto los dientes. Lo soy, pero no como ella se refiere. Sólo me follo a los hombres en la familia de mi ex padrastro. No a todos los hombres en el maldito planeta.

La mujer chasquea la lengua y lo deja a un lado, volviendo a rebuscar en la bolsa. Ella saca mis tres bolsas de 1lt, cada una llena con varias botellas de 100ml. Todas ellas llenas con el regalo de Dios a los sexólicos: lubricante.

—¿Y que es todo esto?

Siento mi cara calentarse. —Lubricante.

El rostro de la mujer se queda en blanco. —¿Lubricante?

Asiento con la cabeza.

—Voy a tener que testear todo esto. —Ella agarra las bolsas en la mano. —¡Thomas!

Miro a Edward, y él está sonriendo ampliamente ahora. El asno.

—¡Thomas! —Bertha alza su voz. —Esta chica ninfómana dice que esto es lubricante. ¡Necesito que lo compruebes!

Oh, Dios, que la tierra me trague ahora. Hay una silla detrás de mí y me desplomo sobre ella. Estaría completamente bien si el mundo se acabara ahora mismo.

—Ahora, señorita, todavía tengo que cachearte. No se siente por el momento.

Cualquier idea de explorar mi bi-curiosidad solo salió volando por la ventana. Siempre comparé el sexo lésbico con un cacheo por parte de Big Bertha.

Se siente como horas más tarde, pero sólo quince minutos han pasado cuando finalmente escapo de las garras de Bertha y Thomas.

Y también con dos bolsas menos de 1 litro de lubricante.

Maldita sea.

Para el momento que finalmente pasamos a través de la seguridad y nuestra puerta, sólo tenemos tiempo para una llamada rápida al tío Emmet antes de que comencemos a embarcar.

Al minuto que papi toca el botón de llamar, arrebato el teléfono de su mano, ganando una carcajada de él en respuesta.

Solo le lanzo una mirada asesina. El asno todavía piensa que el fiasco de la seguridad es divertido.

Tío responde en el primer timbre. —¿Hola?

—Tío Emmet, ¿sabías que sólo puedes tener una bolsa de líquidos? ¿Lo sabías? Porque se llevaron mi... —Doy un vistazo alrededor y bajo mi voz—... lubricante.

—¿Qué?

Le saco la lengua a Edward, sintiéndome mejor ahora que tengo a alguien tan indignado como yo. —Lo sé, ¿verdad? Y ella agito mi púrpura Yurple alrededor como si fuera una jodida espada.

—Espera, retrocede. ¿Trajiste lubricante en tu equipaje de mano? ¿Hablas en serio?

Eh. Tal vez no esta tan de mi lado como yo pensaba. Creo que está más sorprendido que lo traje más que el hecho de que fue tomado. Lo juro. No consigo amor.

Gruñendo, le alcanzo el teléfono a Edward. —Habla con tu hermano.

Lo agarra, pero también envuelve un brazo alrededor de mi cintura para tirarme a su regazo. Aterrizo con un ruido sordo y un chillido, pero maniobro hasta que estoy acomodada y pongo mi cabeza en su hombro.

Él habla con su hermano, metiéndose a través de la historia usando una cantidad endemoniadamente menor de palabras de lo que hubiera utilizado. Solo me relajo contra él, dejando que las vibraciones y retumbes de su voz viajen a través de mi con cada palabra que habla.

Entonces me vuelvo loca de nuevo.

—Uno pensaría que ella sabría mejor.

Le doy codazo en el costado y él gruñe, haciéndome sentir una pizca mejor. Si pudiera golpearlo a la vista todas de las personas en el aeropuerto, lo haría.

Se inclina hacia delante y coloca un suave beso en mi sien. —Sí, nuestra chica está en necesidad de un poco de liberación cuando lleguemos allí, creo.

Está bien, la ira se ha ido, inserte hormigueo algo rosado. ¡Hurra!

Acaricio con la nariz su cuello y él me da un poco más de besos, un apretón a mi cadera y siento el tirón de su polla por debajo de mí.

El anuncio para el embarque interrumpe nuestro acurrucarse, pero al menos tengo una promesa de más para más tarde.

Mientras que él está terminando su llamada con Emmet, agarro mi bolso y nuestros billetes y me pongo en la fila para la caminata al avión.

No pasa mucho tiempo antes de que nos acomodemos en nuestros asientos de primera clase. Lo primero que hace Edward es solicitar una manta para mí, ya que tiende a hacer frío.

Antes de darme cuenta, todo el mundo embarcó y estamos despegando, el avión elevándose hacia el cielo.

Meno dos bolsas de litro de lubricante.

Sí, todavía estoy enojada por eso.

La luz de abrocharse el cinturón se apaga y Edward se inclina hacia mí. —¿Estás bien, Bella?

Los labios de papi cepillan mi oído, y un estremecimiento sutil viaja por mi espina dorsal. —Mmm-hmm.

Tengo los ojos cerrados, descansando mientras vamos a toda velocidad por el aire hacia la ciudad universitaria de mi primo. Él se graduó con honores de la Dynamic International College—DIC.

—Sabe, deberías usar el baño ahora, si lo necesitas.

Sonrío. —Puede ser. Pero también puede que no cierre la puerta correctamente. Y... puede que tengas que comprobarme.

Giro la cabeza y rozo sus labios con los míos, serpenteando mi lengua para burlarme de él. Ya, mi coño se vuelve pesado, doloroso... anticipando lo que vendrá.

Je. Ven.

Sólo estoy usando un vestido fino, sin sujetador y sin bragas. Aprendí hace mucho tiempo a llevar algo con fácil acceso y sin ropa interior.

Así que sí, mis pezones están duros y presionando contra el casino vestido de algodón, reavivándose y esperando el toque de mi papi.

—Oh, Bella, nunca tienes que preocuparte. Siempre voy a comprobarte y asegurarme de que estás bien.

Toma mi burla al siguiente nivel, añadiendo calor. Su lengua se desliza entre mis labios, y me ahogo en su gusto. Giro en su invasión, lamiéndolo y acariciándolo, saboreando el toque de café que persiste en su boca. Edward es mío. Mi hombre y mi papi. Él sabe exactamente cómo tocarme, besarme, para volverme salvaje.

Siento a mi coño cada vez más húmedo con cada segundo que pasaba, y doy gracias a Dios de que los asientos son de cuero y no de tela. Por lo menos, van a ser fáciles de limpiar antes de irme.

Me acerco más, y él se libera, mordiendo mi labio inferior antes de calmarlo con un roce del suyo. —Ve.

Sonriendo, me inclino y tiro la manta a un lado antes de levantarme para moverme por delante de él y luego hacia la parte delantera del avión.

Susurro un educado —Perdón— cuando me rozo por la asistente de vuelo en el pasillo, y antes de darme cuenta, estoy detrás de la puerta cerrada del baño minúsculo.

Mirando alrededor, no estoy segura de cómo vamos a lograr esto.
Hay un pequeño inodoro, casi un mostrador y un lavabo que parece que es del tamaño de una pelota de fútbol.

Todo correcto entonces.

Tomo asiento en el inodoro y espero, el pulso aumenta a medida que los segundos pasan, la emoción creando mariposas en mi estómago. Mi coño está listo. Más que eso, en realidad. Estoy poniéndome más húmeda con cada respiración y se está tomando todo en mí no retorcerme en el asiento de plástico.

Luego... por suerte... la puerta se abre para revelar a Edward. Me pongo de pie, con un brazo alrededor de su cuello para tirar de él en un beso mientras yo palmeo su polla. Crece aún más con cada caricia a lo largo de su longitud oculta.

Nuestras lenguas se enredan, y mientras yo estoy ocupada con conseguir su motor en marcha, él está ocupado subiendo mi falda corta, el aire del baño congelando mi culo y mi coño.

Él ahueca mi culo, aparta mis mejillas, y sus dedos se mueven a lo largo de mi grieta, tocando mi nervio.

Dios, necesito más. Subo una pierna alrededor de su cintura, frotando mi coño contra él y buscando más fricción. Mi clítoris está golpeando a tiempo con cada rodar de mis caderas. Jodidamente amo esto. Lo amo.

Arranco mis labios de los suyos. —Papi. Dios, necesito que me folles.

Edward libera mi pierna, así que estoy de pie por mi cuenta y me da la vuelta. Una mano fuerte en mi espalda baja me fuerza a agacharme y me apoyo con mis manos en el inodoro cerrado. — Mira a ese hermoso coño.

Un solo dedo traza a lo largo de mi grieta hasta que se adentra entre mis labios inferiores, y luego mete dos dedos en mi coño, atravesándome, y yo apenas muerdo mi grito de placer.

Él sabe cómo tocarme, cómo empujar esos botones y hacerme gritar.

—Tu coño está lindo y húmedo para mí, ¿eh? ¿Todo listo para ser follado por tu papi? La pequeña puta que lo toma en un avión. — Se inclina sobre mí, y siento la cresta de su polla contra mi culo. — Tienes que estar tranquila o seremos arrestados. Entonces no conseguirás tener tu diversión cuando aterricemos. ¿Puede mi putita estar tranquila?

Aprieto alrededor de sus dedos invasores, mordiéndome el labio para no gemir, y asiento.

—Buena chica.

Me quejo cuando desliza sus dedos fuera de mi coño, pero lo corto cuando los lleva a mí alrededor y los presiona en los labios. — Lámelos hasta que este limpios, bebé, y luego te voy a dar lo que quieres.

Joder, yo no dudaría. Abro la boca y los llevo dentro, lamiendo y dejando que el sabor combinado de él y mi excitación ronde sobre mi lengua. Lamo sus dedos, asegurándome que estés bien y limpios antes de que él los aleje.

Su peso se va y escucho el tintineo de la hebilla de su cinturón mientras él la deshace, y luego la cremallera de sus pantalones se baja. Él está allí ahora, la directa cabeza de su polla sondeando mi remojada entrada, extendiendo y atravesándome con su polla gruesa en una dura embestida.

Coloco una mano en la pared para mantener mi cuerpo de ser empujado.

—Mierda si, un poco coño tan estrecho.

Se aleja, y luego se estrella de nuevo hacia delante, forzando un gemido desde el fondo de mi pecho. —¿Así? ¿Al igual que el pene de tu papi en tu coño?

—Sí, por favor, papi. Dámelo.

Él agarra mis caderas con fuerza, los dedos clavándose en mi carne mientras él comienza un agradable ritmo constante. Afuera y adentro, la polla acariciando esos lugares dulces en mi resbaladizo calor.

Todo está empujando a la vez para aumentar mi excitación. Él es mi papá, mi ex padrastro, estamos en un avión, donde una azafata nos puede interrumpir en cualquier momento.

—Fóllame, fóllame, fóllame...— Mi voz es un mantra bajo. Estoy rogando y suplicando y con ganas de todo.

—Toma esta polla.

—Lo quiero todo. Más Fuerte. Más.

Él me lo da. Cada vez más rápido, sus caderas golpeando contra las mías mientras él se mueve dentro y fuera de mi coño remojado.

—Vente en mi polla, Bella. Hazlo.

Joder, yo quiero. Llego entre mis piernas, los dedos encontrando mi duro, pequeño clítoris con facilidad y hago círculos en el manojo de nervios. Rápido. Girando y girando. Variando la presión hasta que mi cuerpo responde. El revelador hormigueo de placer corre por mi espina dorsal, viaja a través de mí, de la cabeza a los pies, y luego se posa sobre mi coño.

Mi coño se aprieta rítmicamente alrededor de la polla de Edward, ordeñándolo, tratando de mantenerlo dentro con cada embestida. No quiero que se vaya, no quiero que el placer termine.

Sé que voy a venirme pronto, el cuerpo apretándose hasta que apenas puedo respirar. Los temblores están bailando a través de mí, los músculos retorciéndose, y bueno ni siquiera comienza a describir lo que estoy sintiendo.
Está creciendo - el placer está ardiendo en mis venas. Él se está moviendo más rápido y me muevo hacia atrás para encontrarme con cada embestida. Presionando más, tomado más de la polla gruesa que me encanta.

—Dulce coño. Toma mi polla, Bella. Tómalo todo.

— Dámelo, papi. Folla a tu puta.

Estoy casi sin poder respirar, pero es tan jodidamente cerca. Me estoy acercando al borde y estoy a punto de explotar a su alrededor. Sigo frotando y presionando, aumentando la presión cuanto más me acerco al precipicio. Esta... justo... ahí...

—Voy a... — Se trata más de un grito que nada.

—Hazlo.

Y entonces no puedo controlar nada, mi respiración, mis músculos, mi cuerpo... Soy una pelota de sensaciones, casi lista para romperse y quebrarse en mil pedazos mientras él sigue fallándome como una taladradora.

Más Fuerte. Más Fuerte. Más Fuerte.

Más Rápido. Más Rápido. Más Rápido.

Como me vengo abajo, sus embestidas se vuelven erráticas y me da una... dos... tres más antes de que él se ponga rígido detrás de mí, su polla enterrada profundamente en mi coño. — Mierda. Tómalo, Bella. Te voy a llenar con mi semen.

Su polla palpita dentro de mi coño, sacudiéndose con cada chorro de su semen, vertiendo todo ello en mí mientras yo desciendo de mi propio orgasmo.

Pronto su respiración se ralentiza, manos me acarician mientras vuelvo a mí misma. Segundo pasan, uno tras otro, y parece que ninguno de nosotros está preocupado por recomponernos de nuevo.

Hasta que hay un golpe en la puerta. —Disculpe, ¿se encuentra bien?

Me río, y Edward gime, su polla deslizándose de mi coño, un rastro de semen siguiéndolo en su estela. Lo siento gotear en la parte de atrás de mi muslo.

Se aclara la voz. —Estamos bien. Nosotros saldremos.

La voz de la mujer se vuelve estridente. —¿Nosotros?


Mierda. Atrapados.

4 comentarios:

cari dijo...

Esta niña jajajajaja le gusta el peligro solo ella llena sus bolsa con sus juguetes y se los exponen 😋😛😳😉😂😂😂😂😂gracias

Unknown dijo...

Hahahahah Los cacharon en el baño ..... me encanta cada capituló, quiero más como Bella ... gracias

Unknown dijo...

JAJAJA 😂 Creo que ya se le quitó el enojo por la confiscación, bella y sus juguetes 🙈 😁 Que los cachan por candentes 🔥🔥🔥 ups Muchas gracias por actualizar.

Kar dijo...

😄😄😄😄😄😄 los descubrieron upppssss!!!!

ORACION A MI SEXY VAMPIRITO

Edward de mi guarda
De mi sexy compañia
Bebete mi sangre
De noche y de Dia
Hasta que caiga en tus brazos
Y sea tu marca de heroina