martes, 24 de octubre de 2017

Amarte en Secreto Capitulo 7

Capitulo 7


Edward andaba aventando y dando vueltas mientras gritaba—: Mami, por favor. ¡No! ¡Despierta! ¡Despierta! —Su respiración era irregular, y toda su ropa de cama había caído al suelo.

 —Por favoooooor —gritó.

 Mi corazón golpeaba mientras yo lo movía.

 —¡Edward! Edward. Solo fue un sueño. Aún en estado medio dormido, agarró y apretó mi brazo tan duro que dolió. Cuando sus ojos se abrieron, aún parecía en una neblina. Perlas de sudor brillaban en su frente. Se sentó y me miró sorprendido como si no supiera dónde se encontraba.


—Soy Bella. Tenías una pesadilla. Te escuché gritando y creí que algo estaba mal. Está bien. Estás bien.

Su respiración seguía intensa y lentamente regulada. Cuando su agarre se liberó en mi brazo, la claridad regresó a sus ojos.

Me dejó ir.

 —Esta es la segunda vez que te atrapo en mi cuarto cuando estoy en estado semiconsciente. ¿Cómo sé que no solamente andas ahí haciéndome cosas mientras duermo?

¿Estás bromeando?

Tuve suficiente de esta mierda.

Tal vez era el hecho de que no había dormido o que llegué a mi límite con todos sus golpes, pero en lugar de responder, lo aventé con toda mi fuerza. Tal vez haya sido infantil, pero estuve muriendo por hacerlo, y en este momento parecía ser la gota que derramó el vaso.

Se rio muy fuerte, lo que me enojó más.

—Bueno, ya era la maldita hora.

—¿Disculpa?

—He estado queriendo que te rebeles contra mí.

—¿Crees que es divertido que me empujaras a recurrir a esto?

—No, creo que eres divertida… muy divertida. Nada nunca me ha divertido más que reventar tus nervios.

—Bueno, genial. Encantada de hacer eso por ti.

Joder. Lágrimas se formaban en mis ojos.

Esto no puede estar pasando.

 Era casi esa época del mes, y no había nada que pudiera hacer para controlar esas emociones. Intenté cubrir mi rostro pero sabía que vio mi primera lágrima caer.

 La sonrisa de Edward se desvaneció.

 —¿Qué mierda?

Solo necesitaba irme. No había forma de explicar mi reacción asesina hacia él sino la entendía ni yo.

 Me giré y me fui, azotando la puerta detrás de mí. Fui a la cama, jalé la sábana sobre mi cabeza y cerré los ojos incluso cuando estaba segura que dormir sería imposible.

 Mi puerta lentamente se abrió, y la lámpara se encendió.

—¿Oferta de paz? —Escuché decir a Edward.

Cuando me giré, para mi mortificación, se encontraba ahí con una polla en sus manos. No cualquier polla. Mi polla. Mi vibrador. Mi pene frotante de tamaño real morado.

Edward lo ondeó.

 —Nada dice lo siento como una polla y una sonrisa.

Me giré de nuevo y me escondí tras la sábana.

—Vamos. ¿En serio estabas llorando?

La habitación permaneció en silencio mientras me quedé debajo de las cobijas. Asumí que solo se iría si lo ignoraba. Sabía que estaba mal cuando escuché un clic y un zumbido, luego sentí el peso de él en mi cama.

 —Si no sonreirás, entonces solo tengo que hacerte cosquillas con tu novio de aquí. —Tocó mi cadera y parpadeé, quitándome la sábana. Intenté agarrar el vibrador, pero no lo dejó ir. Siguió picándome con él con movimientos rápidos; detrás de la pierna, detrás del pie.

 Luchaba contra la urgencia de reír.

—¡Detente!

—Ni lo pienses.

Todo el control se perdió cuando lo puso debajo de mi axila, lo que me causó reír histéricamente. Su propia risa vibró contra mi oído.

¿Cómo terminé rodando en mi cama a media noche con Edward sosteniendo una polla vibratoria contra mí?

Me reía tanto que podría morir.

Muerte por consolador.

 Finalmente lo apagó, y me tomó muchos minutos recuperar el aliento y calmarme.

—¿Por qué te detienes ahora?

—El punto era que te rieras. Misión cumplida. —Me lo entregó—. Toma.

—Gracias. Levantó una ceja.

 —¿Fiesta en tus pantalones mañana en la noche? ¿Debería traer botanas?

 —Muy gracioso —dije, poniéndolo en el cajón de mi mesa lateral y haciendo una nota mental de encontrar un mejor lugar para ocultarlo mañana.

Se quedó recostado contra mí con su cabeza recargada en la cabecera. Incluso cuando no nos tocábamos, podía sentir el calor de su cuerpo mientras nos recostábamos al lado del otro en silencio.

Mientras mis ojos viajaban por su pecho bronceado y su prominente six pack, el deseo comenzó a construirse dentro de mí. Sus calzoncillos sobresalían en sus pants grises. Sus largos pies estaban desnudos, y fue la primera vez que resplandeció en mí cuan malditamente sexy era. Forcé mis ojos a permanecer en el techo.

Su voz era suave.

—En serio no quería venir, Bella.

Era la primera vez que lo escuchaba decir mi nombre.

 Sonaba tan bien viniendo de su boca. Me giré hacia él mientras continuaba mirando lejos de mí cuando hablaba.

 —Estuve así de cerca de perder ese vuelo e ir a otro lado.

—¿Qué te hizo cambiar de opinión?

—No podía hacerle eso a mi madre. No quería que tuviera que preocuparse por mí mientras estaba lejos.

—Ahora veo por qué no quieres estar aquí. Al principio no lo entendía, pero luego de escuchar la manera en que Charlie te habló, puedo entender por qué tienes tanto enojo contra él. Supongo, lo que no puedo entender es por qué lo tomaste contra Mike la otra noche.

—¿Por qué asumes que la pelea fue mi culpa?

—Porque no me lo vas a explicar, y tú eras quien lo pateaba en el suelo.

 Dejó salir una risa molesta. —Y también parezco el chico malo, ¿no? Entonces, cada persona en esa cena solo asumió que me dejé ir por ninguna maldita razón más que golpear al chico bonito por diversión. Tal vez tenga un registro… por beber y fumar hierba siendo menor una vez. Pero nunca en mi vida he atacado a alguien o incluso tirado un golpe antes de esa noche.

Vaya.

 —¿Por qué no me dices lo que pasó?

—Porque a pesar de lo que creas y a pesar del hecho de que me encanta molestarte… en serio no quiero verte herida.

—No lo entiendo.

 Finalmente giró su cuerpo hacia mí y me miró por primera vez.

—Ese primer día cuando me interrumpiste en el baño, quería asustarte. Dijiste que nunca habías visto un chico desnudo antes. Asumí que bromeabas. Ahora, en serio me siento culpable por ponerte en toda esa mierda.

Me reposicioné, sintiéndome un poco nerviosa por a dónde se dirigía esto.

—De acuerdo… ¿Eso que tiene que ver con lo que estábamos hablando?



—Mierda, no sabía que era tu hermanastro, así que cuando dejaste la mesa, comenzó a bramar sobre cómo iba a llevarte a esa fiesta la siguiente semana, emborracharte y de alguna manera follarte. Tu ex novio hizo una apuesta de que no podía llevarte a la cama porque eras virgen. Si terminabas dándotele a Mike tu ex novio iba a darle quinientos dólares.

Me cubrí la boca.

—Oh por Dios. Edward asintió con una sonrisa compasiva.

—Así que, sí… lo jodí. —Dejas a todos creer que eres culpable. ¡Tomaste toda esa mierda de Charlie por ello! ¿Solo me protegías?

—No sabía cómo darte las noticias sobre lo que estaban planeando. Pero claramente, esta noche, el querer mantenerte alejada de él no te entraría en la cabeza, así que necesitaba decírtelo.

—Gracias.

—Me gusta molestarte. Comenzó como una forma de llegar a mi padre… torturar a la hija de Sarah. Pero eventualmente, llegar debajo de tu piel como que se convirtió en este pequeño juego. Hoy, cuando lloraste, sabía que había ido muy lejos y que para ti, no era un juego.

Tan duro como sea creerlo, nunca quise lastimarte, y seguro como la mierda que no me quedaría ahí y dejaría a alguien más herirte, tampoco.

Volvió a mirar el techo, y sus labios se fruncieron mientras meditaba lo que dijo.

Levanté mi dedo índice y rocé suavemente por el lugar en su labio que fue golpeado en la pelea. Cerró los ojos, y mi corazón comenzó a golpear furiosamente mientras su respiración se aceleraba con cada roce de mi dedo en su labio cálido. —Lamento que te hirieran.

—Lo valió —dijo sin retraso.

Dejé de tocarlo y me miró. La mirada sarcástica que solía darme, fue reemplazada con una de sinceridad.

Ya que tenía su atención, usé la oportunidad para cambiar el tema.

—¿Quieres ser escritor?

 Se giró a mirar el techo.

Soy escritor. He escrito desde niño.

—¿De qué trata Lucky and the Land? ¿Por qué te avergonzaba mostrármelo?

Luciendo incómodo, reposicionó su cuerpo.

 —Yo solo no estaba listo para hablar de ello. —Sonrió y dijo vacilante—: En realidad, Lucky era mi perro.

No pude contener mi sonrisa.

—Escribiste una historia sobre él?

 —Algo así. Es como una versión sobrenatural de mi vida con él. Lucky no solo era mi mejor amigo, sino que era la única cosa que podía calmarme cuando era más joven. Sufría de TDAH en ese entonces y tuve que estar con medicación por un tiempo. Cuando mi madre trajo a casa a Lucky, mi comportamiento mejoró dramáticamente. Así que, mientras que la historia se basa libremente en Lucky y yo, en realidad se trata de un niño que tiene súper poderes que utiliza para ayudar a resolver crímenes, pero solo puede descifrar todo el ruido en su cabeza cuando el perro está con él. El perro es secuestrado como chantaje en un punto, y el resto de la historia se convierte en conseguir a Lucky de vuelta. Está ambientada en Irlanda.

—Guau. ¿Por qué Irlanda?

—Siempre he tenido esta extraña obsesión con todas las cosas irlandesas. — Señaló los dos tréboles en sus abdominales—. El caso en cuestión. Creo que es mi manera de tratar de conectarme a esa parte de mí, la parte de Charlie, ya que no tengo una conexión real con él. Eso suena un poco jodido, pero es la única explicación que tengo.

 —¿Qué pasó con Lucky?

—Lucky murió poco después de que Charlie dejara a mi madre. Así que, era mucho sucediendo al mismo tiempo.

Puse mi mano en su brazo.

—Lo siento, Edward.

—Está bien.

 Mirando hacia abajo a mi mano situada encima de su tatuaje de manga, pensé mucho tiempo y con fuerza en hacer mi siguiente pregunta.—¿Por qué te trata así?

 Me miró. —Gracias por enfrentarte a él anoche. Yo no estaba tan borracho. Escuché todo lo que dijiste y nunca voy a olvidarlo. —Cerró los ojos—. Pero yo no quiero hablar de él, Bella. Es una larga historia, y es demasiado complicado para entrar en ella a las dos y media de la mañana.

No iba a presionar mi suerte. Esto era más de lo que nunca había salido de él.

 —Bueno. No tenemos que hablar de ello. —Después de un largo momento de silencio, pregunté—: ¿Puedo leer tu libro?

Se rio y negó con la cabeza. —Guau. Eres solo un millón de preguntas esta noche.

—Creo que estoy emocionada de que finalmente estoy llegando a conocer a mi hermanastro. Asintió con la cabeza en comprensión. —No sé si quiero que leas el libro. Nadie nunca lo ha leído. Sigo diciéndome que voy a averiguar la manera de publicarlo, pero nunca lo hago. No es perfecto, pero es la historia con la que estoy más feliz. Estoy bastante seguro de que hay un montón de errores que no he agarrado.

—Me encantaría leerlo. Y si encuentro cualquier error, puedo hacerte saber. El inglés es lo mío.

 Sonrió y rodó los ojos. —Voy a pensarlo.

—Bueno. Me parece justo.

Cuando se volvió hacia mí de nuevo, el gris de sus ojos se iluminó con la luz de la lámpara. Se puso cómodo y relajado en la almohada.—Háblame de tu padre.

Me miraba con tanta atención, y me tocó que quisiera saber de él.

Suspiré y miré a la nada. —Su nombre era Phil. Era un buen hombre, un bombero de Boston, en realidad. Mi madre tenía 17 años cuando lo conoció, pero él era mayor, en sus veinte, así que fue realmente un tabú. Fue su único y verdadero amor. Vivíamos una vida sencilla, pero fue una buena. Yo era su pequeña princesa. Un día, él solo comenzó a quejarse de una tos y dentro de un mes, fue diagnosticado con un cáncer de pulmón avanzado. Lo perdimos seis meses después.


Puso su cálida palma sobre mi mano, que seguía agarrando su brazo. Luego, pasó sus dedos a través de los míos. Su toque se sentía eléctrico. Nunca imaginé que solo sostener la mano de alguien podría hacerme sentir más que cualquier cosa que haya tenido hasta ese momento.

 —Siento que hayas tenido que pasar por eso —dijo.

—Yo también. Me dejó unas cartas, una por cada año hasta mis 30. Por lo tanto, en mi cumpleaños, las leo.

 —Estaría orgulloso de ti. Eres una buena persona.

Yo realmente no sabía que había hecho para merecer este vistazo en el que Edward ocultaba su actuar rudo, pero me encantó. Al mismo tiempo, esperaba que terminara en cualquier momento.

—Gracias. —Lo atrapé con mis ojos persistentes y abruptamente me alejé. Quitó la mano de la mía, y la sentí en mi barbilla mientras trajo mi cara de nuevo a reencontrarse con su mirada.

—No hagas eso.

—¿Qué?

—Te alejaste de mí. Es mi culpa. Hice que te sintieras como si no quisiera que me miraras, esa mierda de la auto-respeto que te di. Fuera de todo lo que alguna vez te dije, fue la mentira más grande, y lo lamento mucho. Comencé a bajar la guardia, y me asusté. Nunca he tenido problema con la forma en que me miras. Mi problema es la forma en que me hace sentir cuando me miras: cosas que no se supone que sienta, cosas que no puedo dejarme sentir por ti. Al mismo tiempo... nada se sintió peor que cuando dejaste de mirarme, Bella.

¿Sentía algo por mí?

—¿Qué te parece que estoy pensando cuando te miro? —pregunté.

—Creo que te gusto a pesar de que piensas que no se supone que debes. —Sonreí de acuerdo en silencio mientras continuó—: Estás tratando de descifrarme constantemente.

—Tú no haces que sea fácil, Edward.

—A veces, también me miras como si quisieras que te besara de nuevo, pero no estarías segura de qué hacer si lo hiciera. Ese beso... fue por eso que Salí como el infierno de ese restaurante tan rápido. Comenzó como una broma, pero seguro como el infierno se sintió real para mí.

Mi corazón saltó al saber que había sentido lo que hice ese día.

—¿Estás atraído por mí? —Inmediatamente me sentí estúpida por haberlo soltado—. Quiero decir... no me parezco en nada a las chicas con las que sales. No tengo pechos grandes y no me tiño el pelo. Soy como todo lo contrario de las que traes a casa.
Él se rio entre dientes. —Definitivamente lo eres. —Se inclinó—. ¿Qué te hace pensar que las prefiero solo porque me las traigo a casa? Esas chicas, son... fáciles... por falta de una palabra mejor, pero no hacen nada para mí, de verdad. No tratan de llegar a conocerme. Solo quieren follar conmigo. —Movió sus cejas—. Porque soy muy bueno en eso.

Me eché a reír nerviosamente. —Lo supuse.

La tensión en el aire crecía cada segundo. Nunca nada me había encendido como la confianza sexual que había exhibido en ese momento.

Yo estaba más allá de... intrigada y curiosa.

 Sus ojos se arrastraron por la longitud de mi cuerpo desde la cabeza a los pies.

—Pero en respuesta a tu pregunta prefiero tu cuerpo al de ellas cualquier día, en realidad.

Abrumada por la excitación, clavé los dedos en mi almohada al escucharlo decir eso. —¿Por qué? —La pregunta había salido más como un suspiro que una palabra.

 Su voz bajó. —¿Quieres detalles, ¿eh? —Sus labios se curvaron en una sonrisa. Se acercó más a mí como si me estuviera diciendo todo esto como un secreto—. Está bien... eres pequeña, tonificada, ágil y tus tetas... son del tamaño perfecto y naturales. —Miró hacia abajo a mi pecho—. Puedo ver que tienes hermosos pezones porque me están saludando ahora mismo. No es la primera vez que sucede, tampoco.

 Metí mis manos debajo de mi mejilla y me relajé en la almohada como si él estuviera recitando un cuento erótico. Susurró aún más bajo—: Me encantaría chuparlos, Bella.

Tan increíblemente excitada por las palabras que salían de su boca, sentí un hilo de humedad y palpitaciones entre mis piernas. Instándolo a continuar, exhalé—: ¿Qué más?

—También tienes un culo increíble. Esa noche que fuimos al cine, vestías esa pequeña falda roja. Cada vez que ese hijo de puta arrastraba su mano hasta tu culo cuando íbamos caminando, quería volverme loco. Yo quería ser el único tocándote.

 No pude evitarlo. Me acerqué aún más al borde y puse la mano en su cuello.—¿En serio?

—Eres muy bonita, también.

Moría por saborear su boca, pasé la yema de los dedos a través de su aro del labio.

—¿Pensé que era bastante “normal”?

Negó con la cabeza lentamente y me acarició la mejilla. Se inclinó hacia mí, susurrando suavemente sobre mis labios.

—No... solamente bonita.

La necesidad de darle un beso fue abrumadora. —Bésame —suspiré.

 Siguió hablando sobre mis labios, su respiración entrecortada. —No es que no quiera besarte. Quiero esto tan jodidamente mal en este momento. Pero solo…

 No esperé a que terminara. Tomé lo que quería, lo que necesitaba. Gimió en mi boca cuando mis labios cubrieron los suyos. Plantó cada una de sus manos a cada lado de mi cara. Sin la salsa picante de nuestro encuentro anterior, tuve la oportunidad de probarlo y supe inmediatamente que no había vuelta atrás para mí. No sé si eran mis hormonas o si las últimas semanas fueron solo un importante juego previo, pero me sentí completamente fuera de control. Los ruidos que venían de la parte posterior de su garganta me hicieron más hambrienta de él, y los atrapaba con mi aliento.

En cierto momento, froté mi lengua suavemente alrededor del corte en su labio mientras cerraba los ojos. Entonces, él se hizo cargo y comenzó a besarme más duro, más exigente. Empujé mi cuerpo hacia el suyo y sentí su erección presionarse contra mí. No me importa nada de las consecuencias en ese momento. Yo solo sabía que no quería que esto se detuviera y me sorprendí con lo que salió de mi boca a continuación.

 —Quiero que me enseñes cómo follas, Edward.

 Se apartó de mí de repente, pareciendo aturdido. —¿Que acabas de decir?

 Fue el momento más humillante de mi vida.

Sus ojos se abrieron, casi como si hubiera despertado de un sueño. —Mierda. No... no. Tú necesitas entender algo, Bella. Eso nunca va a suceder.

Bueno, ese fue realmente el momento más humillante de mi vida.

—¿Por qué dices eso después de todo lo que acabas de decirme?

Dios, me sentía tan estúpida.

 Apoyó la cabeza otra vez en la cabecera, luciendo casi torturado. —Era importante para mí que supieras lo mucho que te deseo y lo hermosa que creo que eres, por dentro y por fuera, porque me siento como si te hubiera tirado tu autoestima, a pesar de que no era mi intención. Quise decir todo lo que acabo de decir, pero el beso no debería haber ocurrido. Ni siquiera debería estar en esta maldita cama, pero se sentía tan bien estar aquí contigo por un rato.

—¿Por qué soy diferente de cualquiera de las otras chicas a las que te entregas?
Pasó las manos por de su pelo, revolviéndolo y luego me miró con los ojos oscurecidos.

—En realidad, hay una gran diferencia. Eres la única chica en el mundo entero que está prohibida, y que me jodan si eso no hace que te desee más que a nada.
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Que les pareció los capitulo pronto terminara esta etapa de ellos adolescentes espero comenten que les pareció los capitulo. Muchas gracias a todos por leer.

7 comentarios:

cari dijo...

Sigue x favor, Gracias

carola dijo...

Me encanta cuando edward molesta a bella, es tan divertido como discuten. Pobre bella, si antes era dificil controlarse, ahora mas con esa declaracion y el beso! O sera mas dificil para edward? Gracias por todas las adaptaciones me encantan!

Belu dijo...

Me encanta la historia ♥️ Espero que puedas actualizar pronto. Me intriga que es lo que los va a separar y como va a ser el reencuentro

Kar dijo...

Que bien que estés mejor, es un gusto saber de ti, Edward se abrió de capa y espada. Me dejas en ascuas, y con ganas de saber que pasará, espero pronto el siguiente capítulo
Saludos y besos 😘😘

Unknown dijo...

Como me dejas asiiiiii uuuuuuf no tardes

JessNavarro dijo...

Es la adaptación de que libro? Me encanta la historia

Luz dijo...

Súper los capítulos muy buenos.Charlie es todo una mierda con Edward por que lo odia tanto? Edward debe lu bar por lo que quiere ser escritor para que le calle esa bocaza.
Si la desea tanto y esta prohibida no debió seguir el beso los dos se maltratan.
Espero leerte pronto ya con

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